Inteligencia auténtica: el momento decisivo para las empresas

Las organizaciones industriales están en una encrucijada. O adoptan la inteligencia artificial con éxito o ponen en riesgo la propia existencia del negocio.

Parece que en todos los sectores los líderes hablan de IA. Pero la verdadera pregunta es: ¿están simplemente adoptando herramientas con IA o están creando un entorno para una inteligencia auténtica?

Alcanzar la inteligencia auténtica significa lograr el equilibrio ideal entre inteligencia artificial e inteligencia humana. Así es como tu empresa puede usarla para diferenciarse en un mundo saturado de IA.

Cómo destacar aprovechando la inteligencia artificial

Ya no se trata de decidir si una empresa debería usar IA. Hoy, es una necesidad para sobrevivir. La IA no es una moda pasajera: las herramientas basadas en IA ya son indispensables para las operaciones básicas.

Y aunque la mayoría de las empresas reconoce el valor que aporta, la clave no está en quién tiene la tecnología más avanzada. Lo que realmente diferencia a una organización es su capacidad de integrar la IA de forma estratégica sin perder el toque humano.

Si crees que usar ChatGPT para redactar correos electrónicos te dará ventaja, piénsalo de nuevo: todas las empresas lo están haciendo. Lo que marcará la diferencia será cómo combinas el poder de la IA con la inteligencia humana de tu equipo.

El papel de las personas en la implementación de la IA

¿Cómo encajan tus colaboradores en la estrategia de implementación de IA? El primer paso es identificar las áreas donde la inteligencia humana supera a la artificial:

  • Pensamiento crítico y juicio contextual
  • Inteligencia emocional y liderazgo
  • Creatividad e innovación
  • Ética y toma de decisiones

La IA puede procesar grandes volúmenes de datos y generar insights accionables en segundos. Incluso puede crear contenido bien redactado y sin errores. Pero no puede replicar lo humano. Para eso, necesitas personas con talento.

Cambiar la mentalidad en torno a la IA

Cuando se habla del uso empresarial de la IA, muchos líderes se centran en objetivos como:

  • Automatizar procesos
  • Reducir costos laborales
  • Mejorar eficiencia y precisión
  • Evitar errores humanos
  • Escalar operaciones

Todos estos son objetivos válidos. Pero no pueden ser los únicos. Los líderes deben entender que la cultura es el verdadero factor diferencial. Y eso implica formar al equipo para trabajar con IA y ver esta tecnología como un multiplicador de capacidades, no como un reemplazo del equipo humano.

La parábola aguas arriba de la fiabilidad

La parábola de la fiabilidad “aguas arriba” resume perfectamente el reto de implementar la inteligencia artificial.

Imagina un río en el que la gente sigue cayendo por una cascada, y los socorristas lanzan constantemente flotadores para salvar a las personas mientras caen. Esta sería una reacción reactiva: los socorristas actúan cuando los nadadores ya han alcanzado un punto sin retorno.

Sin entender realmente la situación y limitándose a tratar los síntomas del problema, el socorrista podría sentirse tentado a optimizar el reabastecimiento de los flotadores para ser más “eficiente” en el rescate de las personas que se están ahogando.

En esta metáfora, las personas que se ahogan después de caer representan a los equipos que fallan de forma continua. Los socorristas representan a los equipos de mantenimiento que reaccionan a los síntomas sin comprender por qué tienen tanta carga de trabajo, ni cómo reducir el flujo de nuevos problemas.

Los socorristas serían mucho más eficientes si adoptaran un enfoque proactivo, comprendiendo el origen del problema: ¿por qué se están ahogando esas personas? ¿Es intencional que se deslicen por la cascada? Si es así, ¿deberían instalar señales de advertencia y sacar a los nadadores del agua antes de que lleguen al borde? ¿O tal vez las caídas son accidentales? Quizás los nadadores solo querían cruzar el río, pero la fuerte corriente los arrastró.

Está claro que, en un contexto industrial, se espera que los equipos funcionen en un estado normalizado; esto da lugar a los llamados “fallos previstos”, que suelen gestionarse con un plan de mantenimiento genérico. Pero las condiciones reales de operación también pueden generar fallos inesperados, que acaban generando caos para el equipo de mantenimiento.

Y esto debe evitarse a toda costa. Las empresas deben anticiparse a los fallos ajustando sus estrategias de mantenimiento y operación para lograr una vida útil más predecible y prolongada de sus equipos (mantenimiento de precisión). Y si un equipo empieza a fallar, debe detectarse y anticiparse a tiempo para evitar cualquier interrupción (mantenimiento predictivo).

En la metáfora anterior está claro: nadie quiere que otra persona se ahogue. Para salvar vidas, los responsables podrían construir puentes que impidan cruzar zonas peligrosas. Y si el riesgo no se puede eliminar, entonces la preparación lo es todo.

Piensa en tus propias prácticas de mantenimiento:
¿Estás actuando de forma igual de proactiva?
¿Apuntas a lograr “cero fallos” y “hacerlo bien a la primera”?
¿O te conformas con un estado subóptimo?

Por qué tu empresa debe dominar la inteligencia auténtica

La IA generativa depende de la madurez de tu organización y de tu documentación. No sustituye lo que no existe; potencia lo que ya haces bien.

¿Quieres potenciar un estado subóptimo, asumiendo riesgos donde la IA toma decisiones erróneas por falta de calidad en tus procesos y datos?
¿O quieres combinar la IA con una cultura de precisión donde pueda realmente aportar valor?

En pocos años, las empresas que no adopten plenamente la IA estarán en desventaja. Algunas incluso podrían desaparecer. La IA no va a nivelar el terreno: va a polarizar el rendimiento entre organizaciones maduras y las que no lo son.

El futuro pertenece a quienes usan la IA para potenciar el talento humano.

Este es un punto de inflexión.
¿Cómo responderá tu empresa?


Artículo de Tom Rombouts, Director de Fiabilidad